Resumen de la línea dividida de Platón
Sócrates propone ahora argumentar varios ejemplos de injusticia para seguir dilucidando el concepto de justicia. La justicia es, como ideal, singular, pero los ejemplos de injusticia abundan. Cuando Sócrates está a punto de desarrollar sus ejemplos de injusticia, Polemarco y Adeimanto interrumpen y piden una mayor descripción de la vida de los guardianes. Anteriormente en el diálogo, se determinó que, como parte del contrato social, los Guardianes debían poseer todo en común. La pregunta ahora es: ¿qué efecto tiene esto sobre las familias y el concepto de familia en el estado ideal? ¿Cuál será la situación de las mujeres y los niños en la clase de los guardianes?
La respuesta de Sócrates es que, aunque estemos de acuerdo en que las mujeres son en su mayoría físicamente más débiles que los hombres, ya acordamos antes, al establecer las tres clases, que cada ciudadano debía ser relegado al trabajo que más le conviniera. Esto es cierto tanto para las mujeres como para los hombres, por lo que las mujeres deben ser criadas y educadas igual que los hombres si quieren asumir su lugar como guardianas. Las mujeres deben ser consideradas como candidatas tanto como potenciales gobernantes como auxiliares. Y su educación en las artes y en la gimnasia no debe ser separada sino igual: Deben ser entrenadas junto con los hombres.
¿Qué es la línea dividida de Platón?
(I) Los dos primeros capítulos exponen los fundamentos del relato de Moss y lo relacionan con la historia de la interpretación platónica. En el status quaestionis preliminar del capítulo 1, el diagnóstico crítico de Moss de las principales motivaciones de la interpretación de la “superposición” va seguido de un estudio de los pasajes que dan apoyo prima facie a la lectura de los “objetos distintos”[3] y de una visión de conjunto de la historia tanto de esta lectura como de las epistemologías basadas en los objetos en general.
(III) Los capítulos 6 a 8, quizá los más logrados del libro, se centran en la doxa y su objeto, el parecer, es decir, el reino de la variedad inconstante de las apariencias perceptibles (también llamado a menudo “devenir”). Moss sostiene que la doxa de Platón se entiende mejor como una forma de pensamiento teórico onírico que se aplica exclusivamente a esas apariencias que, al estar inmediatamente disponibles, tendemos a aceptar como reales, sin darnos cuenta de que no son más que copias defectuosas del verdadero Ser[5].
En segundo lugar, la limitada consideración de la literatura no anglófona[13] es desafortunada, sobre todo porque el punto de vista académico que Moss combate de forma convincente ha resultado estar allí mucho menos de moda y ya ha sido criticado de forma variada, a menudo con argumentos no tan diferentes (tanto en contenido como en espíritu) a los de Moss[14]. A pesar de estas reservas, Moss merece la genuina gratitud de cualquier estudioso platónico serio por un volumen estimulante, riguroso (y para mí ampliamente convincente), cuyos resultados tendrán sin duda un impacto considerable en la investigación futura y suscitarán una respetuosa atención[15].
Diagrama de líneas divididas de Platón
El objetivo de este libro es elaborar el autorretrato de Platón a través de una nueva lectura del Fedro, con una introducción y una conclusión que contextualizan la construcción más ampliamente. El Fedro es el diálogo más autorreferencial de Platón, como argumento a través de una serie de datos poco explorados, tanto internos como externos. Me guío por la mención que hace Platón de cuatro Musas en el Fedro 259c-d (Terpsícore, Erato y la pareja Ourania – Kalliope), que leo como una alusión a los “ingredientes” del discurso filosófico.
Mi Introducción se aleja de la habitual pregunta “¿por qué escribió Platón (diálogos)?”: más radicalmente, me pregunto qué es un diálogo platónico. Mi punto de partida son las “auto-revelaciones” de Platón, es decir, los pasajes en los que se refiere implícitamente a sus diálogos. Estas “auto-revelaciones” han sido parcialmente estudiadas por K. Gaiser, S. Halliwell y otros. Mi Introducción proporciona la discusión más completa hasta ahora y prepara el camino para mi lectura del Fedro, donde detecto un nuevo conjunto de poderosas “auto-revelaciones”.
Platón
La línea divisoria de PlatónAunque la República de Platón es un texto que trata explícitamente de la justicia y, por tanto, de la teoría de los valores, hace, sin embargo, afirmaciones significativas y audaces que tienen que ver con la metafísica y la epistemología. Uno de los pasajes más llamativos de la República introduce una analogía de línea dividida. Platón utiliza esta analogía para distinguir entre los ámbitos de lo que se puede pensar. Estos ámbitos están jerarquizados, y el más alto y estable se refiere a las ideas filosóficas, como el “bien”, y el más bajo a las meras apariencias. En total, hay cuatro secciones de la línea dividida de Platón:
La línea dividida de Platón es una analogía que establece y ordena dos ámbitos del ser en los que una persona puede pensar. El reino inteligible es el reino del pensamiento, y “gira” en torno a la forma del bien. El reino sensible es el reino de la percepción y gira en torno al sol. En última instancia, el reino inteligible es más estable y fiable que el reino sensible.
Platón habla de la línea divisoria en la República. Aunque el tema principal del texto es la justicia, Platón introduce la noción de línea dividida en un intento de ilustrar su punto sobre la educación en una ciudad justa.